Cuando pensamos en viajar en familia, a todos se nos viene a la mente una pareja joven con niños pequeños, pero no siempre tiene porque ser así. Los tiempos han cambiado, viajar ya no es un lujo al alcance de muy pocos, sino el hobby de buena parte de la clase media, y son muchas las familias que hoy en día dedican su tiempo de ocio a viajar.
Esta semana teníamos planeado escribir un post sobre nuestra visita a la Pagoda Swedagon y al Buda Reclinado de Yangon, pero no hemos podido dejar de acordarnos de lo que supuso ese día en Myanmar para nosotros, el reencuentro con nuestras respectivas familias.
Como explicamos en nuestra descripción, nosotros somos expatriados, hace casi tres años que dejamos España para mudarnos a vivir a Sydney, lo que supone que las visitas a nuestra familia las hacemos de año en año y en 2016 ni siquiera teníamos planeado viajar a España.
Como todos los expatriados ya saben a estas alturas, es muy duro trabajar todo el año en un país extranjero y verse prácticamente obligado a pasar las vacaciones en nuestro país de origen, esa temporada de descanso anual se convierte en una peregrinación para visitar a todos nuestros parientes, amigos y conocidos, y pasar al menos unas horitas con ellos antes de retornar al trabajo en los países donde vivimos. Y lo cierto es que, por mucho que nos encante volver a casa, nosotros también necesitamos unas vacaciones para hacer lo que más nos gusta, en nuestro caso viajar.
La solución para nosotros fue un viaje en familia. ¿Por qué no encontrarnos con nuestros padres a mitad de camino entre España y Australia y aprovechar las vacaciones para visitar un país nuevo todos juntos? Fue una experiencia increíble e inolvidable que estamos deseando repetir, y para todos los expatriados a los que les guste viajar 100% recomendable.
Ahora bien, organizar un viaje para seis adultos de generaciones tan dispares no es tarea fácil, ¿Qué país visitamos?, ¿Cómo nos movemos?, ¿Dónde nos alojamos?, ¿Qué visitas y excursiones organizamos? Todas estas preguntas deben ser resueltas pacientemente, teniendo en cuenta los gustos y las condiciones físicas de todos los miembros de la familia que van a viajar.
Destino
Lo primero es elegir un país que sea conveniente geográficamente, asequible para todos los bolsillos que formen parte del viaje y sobre todo atractivo para toda la familia. Lo más importante de un viaje es que estés deseando conocer el lugar que vas a visitar, así que hay que tomarse un tiempo para preguntar a todos y estar abierto a nuevas sugerencias. Nosotros nos decidimos por viajar a Myanmar, por ser un país del sudeste asiático, a medio camino entre España y Australia, económico (No tanto como algunos de sus países vecinos, pero económico), poco turístico y sobre todo aún desconocido por nosotros y por nuestros respectivos padres. También aprovechamos para visitar el complejo de templos de Angkor en Camboya y Bangkok (Tailandia).
Una vez decido el país hay que pensar los lugares, ciudades y monumentos que deseamos visitar, teniendo en cuenta las distancias entre ellos y los medios de transporte que queremos utilizar para desplazarnos. Para nosotros la mejor opción fue movernos en avión por Myanmar, por dos motivos básicos: comodidad y tiempo. Utilizar autobuses, trenes o coches hacía el viaje mucho más incómodo para todos, y sobre todo menos provechoso teniendo en cuenta que viajamos solo dos semanas.
En cuanto a la forma de moverse por la ciudad, al ser seis ya se nos considera grupo, así que un guía local nos acompañó en todas nuestras visitas y nos movimos por las ciudades en nuestra propia furgoneta. Ya lo veis, viajar en familia también tiene estas ventajas, la compañía es inmejorable y es posible beneficiarse de algunos descuentos como grupo.
Alojamiento
Hablando de alojamiento, para gustos colores, pero tened en cuenta que estáis viajando con vuestros padres, así que nos seáis agarrados y rascaros un poco más el bolsillo para que todos podáis estar más cómodos. Por otro lado, si no tenéis niños, lo bueno de viajar tres parejas de adultos es que podéis ir a hoteles y restaurantes estupendos para adultos donde relajaros y tomar algo tranquilamente.
Y la verdad es que no hemos parado de repetir en este artículo ¨nosotros decidimos¨, ¨nosotros pensamos¨, pero no es del todo cierto. Por muy bloggers de viaje que nosotros nos creamos, cuando se trata de viajar con los padres de Irene nos toca echar un paso atrás y dejar actuar al maestro. Fue Rafael, quien se encargó de organizar todo el viaje, con pequeñas sugerencias por nuestra parte, y la verdad es que lo hizo tan estupendamente que estamos deseando repetir, ¿Qué exploramos el año que viene Indi?
A mi tambien me gustaria mucho viajar con mis padres!
Si, la verdad es que lo pasamos genial!!!Si tienes la oportunidad hazlo!